fondo

jueves, 29 de diciembre de 2011

Navidad

No hemos empezado con buen pie. Hace años que las navidades dejaron de ser una época feliz para ser una anodina mezcla de estres y rutina.

Me hago mayor.

Vivo con un montón de ideas que se me amontonan en la cabeza, como si se tratara de un trastero. Van acumulándose en torres desniveladas, algunas amenazan con caerse. Otras se han desvanecido, porque ya no tengo rastro de ellas, solo un ligero recuerdo de que estaban ahí. Y otras cogen polvo, ahí al fondo. Esas son las que más me preocupan, y de las que no me quiero deshacer. Esas que hablaban del futuro. Arquitecto, profesora, psiquiatra, dentista... Escritora, actriz, líder de una banda de rock... Dibujante, animadora de personajes...

A veces pienso que haber elegido otra cosa me habría resuelto bastante mi vida, habría superado malos momentos en menos tiempo e incluso no habría conocido ciertos momentos desesperados y asfixiantes. Pero ya está elegido. Reflexiones de una mañana de jueves.




No sé ni por qué me he puesto a escribir. No sé si quiera por qué... pero lo que sé es que cuando he empezado, seguramente no quería escribir esto.

Quiero dedicarme a escribir, aunque me he dado cuenta tarde y ahora tenga que terminar esta carrera. El hecho de que disfruten con mi pequeño personaje me devuelve la ilusión en que quiero conseguir algo grande.

De esta navidad no debería de pasar, que tengo unas fotos de unas puertas rústicas que hice este verano en Cáceres, cerca del pueblo de David. Tengo que retocarlas y montarlas bien. Quizá podría ser un bonito regalo para Navidad.



Lo que está claro es que tengo que encontrar lo que de verdad me inspira. Por si, cuando acabe esto, resulta que soy mejor en muchas más cosas.

viernes, 2 de diciembre de 2011

David



Él es esa persona que te hace ver la vida con otras lentillas. Es parte de todo lo que soy ahora. Es esa persona con la que, como dicen, no te puedes aburrir. O de la que te puedes aburrir mucho… Que cansa, desespera, te hace resoplar y a la vez echas de menos a cada segundo que no pasas con él. Es mi todo y mi nada. David es quien me ha enseñado esas cosas con las que nunca piensas enfrentarte.  Es quien da esa chispa de vivir como en una película, una historia, donde nunca sabes qué pasará. Porque la rutina se disuelve con esas cosas que hacen pararse al corazón y latir de pronto más deprisa. Es la vida al límite, a reírse en la cara del peligro, es vivir sabiendo sortear las consecuencias. Él es así. Tan despistado, desordenado y despreocupado como meticuloso. Es quien lleva las cuentas. Es quien te dice con una risa boba que no te va a decir que te quiere sólo porque lo quieres escuchar y sin embargo ahí, lo has escuchado.  Es ese tipo diferente al que todos quieren parecerse, al que todos respetan y que siempre parece, pero no es. Parece que le da todo igual pero nadie, excepto yo, sabe que no hay otra cosa en la vida que le mueva más que vivir para los demás; parece un rudo descuidado pero es un coqueto que no para de mirarse en el espejo; parece un bruto… y eso sí lo es, la verdad. Parece que no, pero sí. Y parece que fallarle… es algo que no puedo perdonarme.