fondo

miércoles, 25 de julio de 2012

Erasmus

Pues...es increíble cómo pasa el tiempo cuando vuelves a Madrid. Voy a empezar a creer que las ciudades tienen su propio ritmo. Llegué a Madrid el día 6 de julio y ya es 25. En Venezia el tiempo no pasaba, o empezaba a pasar a partir del tercer o cuarto spritz. Y aquí no hago nada y ya se me ha ido la mañana, en un rato se me habrá ido la tarde y sin darme cuenta habrá empezado agosto.

Desde que he llegado, he ido a la peluquería, a una boda, a un torneo de fútbol sala...y todo fue el mismo fin de semana. El primero. Luego ya no he hecho nada. Ahora paso calor en la buhardilla mientras bebo litros de agua y veo Gossip girl sin descanso (bueno, sí hacemos descanso... cuando moevideo hace "Buffering"). Una mañana fui a correr, pensando que después de haber caminado tanto en Italia no tendría agujetas. Mal pensado. llegó el sábado y un lúmbago que aun me persigue haciéndome agachar, cabeza para abajo, vista al suelo. Luego un poco estirar para atrás y ver las estrellas, que brillan más que las de Hollywood.

Os tengo engañados. Es verdad. Publico aquí, en un blog de arquitectura, sin hablar una palabra de arquitectura; contando mi absurda vida preerasmus, erasmus y posterasmus. Pues mira, es lo que hay. No tengo nada interesante que contar sobre ladrillos. Porque no interesa, seamos realistas. ¿Qué preferís leer?

Ya me ha vuelto a pasar lo de siempre. Quería hacer una crónica sobre mis seis meses de erasmus, compartir mis experiencias, hacer balance de lo aprendido (en todos los sentidos) y ya la he vuelto a cagar yéndome por las ramas. En fin, tendréis que esperar.

P.D: siento esta entrada que roza la estupidez. Quizá debería buscarme algo que hacer para que Madrid pille el ritmo veneziano.
P.D2: Certo! Mi sto dimenticando di parlare l'italiano...