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martes, 18 de septiembre de 2012

Sostenibilidad

La Sostenibilidad, está claro que hoy por hoy dentro de la Arquitectura se trata de un tema puntero. Pero cuando uno vive en un país donde raro es quién no tiene grifo en casa o cable de televisión digital terrestre es muy difícil hacerse consciente de ello.

Una de las asignaturas que cursé en Venezia fue Progetazione Sostenibile dei Territori. Asignatura que (a la espera estoy) convalidaría por Ordenación Territorial y del Medioambiente. Aunque puede resultar parecido, el nombre lleva a engaño porque me extraña que tenga algo que ver una vez cursada.  Yo ya había oído hablar de sostenibilidad en urbanismo, incluso algún pelillo suelto en construcción. Había escuchado hablar de elementos constructivos autosuficientes, pero todos ellos carísimos y poco eficaces. Pero el concepto de Sostenibilidad o de desarrollo sostenible, o sustentable, era un concepto que se escapaba de mis conocimientos hasta ahora sobre Arquitectura.



La Sostenibilidad, para entendernos así claramente, es una palabra que el Google Chrome te señala en rojo cuando la escribes en un cuadro de texto porque no la conoce. Telita, ¿eh?
El concepto es muy sencillo, siempre que algo funcione de forma que sea positivo para una sociedad, resulte ser lo más económico posible y además no afecte en gran medida al medioambiente que nos rodea, estaremos hablando de algo sostenible (o sustentable).



Cuando lo estaba estudiando en Venezia, me quedó muy poco claro (y no porque hablaran en italiano, que puede ser que también) porque me pareció que a los profesores se les iba la olla con demagogia, con utopías y con poca cosa realmente eficiente. Nos propusieron un caso de HoF en la India.
Se trata de una Granja horizontal, a la que había que añadir viviendas, un centro de reciclado y otras mil cosas que hacían que un proyecto sostenible fuera la cosa más imposible de hacer para tanta exigencia. Cosa que a mí... pues no me salió. Acabé enfadada con la Sostenibilidad, me parecía una tomadura de pelo, un absurdo en ciudades donde el agua caliente llega a las casas. me pareció que aquel que quisiera perder el tiempo teorizando sobre sostenibilidad por mí que haga lo que quiera que yo no lo haría nunca.

Y ahora llego a Madrid y me vienen con lo mismo. Sostenibilidad, bajo coste, construcción sencilla... y al principio me digo: ¡Horror! Mi pesadilla...¡otra vez no!

Y sin embargo, buscando y buscando, investigando y siendo coherente...empiezo a entender la sostenibilidad. El desarrollo sostenible está medido dependiendo de dónde estamos. Quizá Madrid es sostenible con sus litros de aguas contaminadas y su dinero para después depurarlas. Quizá Sierra Leona se convierte en sostenible si el compost de una letrina pública se utiliza después para abonar una parcela de árboles frutales. Lo que está claro es que eso no lo entendí estando en Venezia y lo que veremos a continuación es si termino de entenderlo.

Próximamente veremos cómo funciona un radiador con latas de refresco, un calentador de agua con botellas de plástico, una letrina sin agua... Cosas que en Madrid, pues no, ¿pa' qué? Si total ya tenemos electricidad y agua corriente.