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lunes, 5 de noviembre de 2012

Caspa (hablando de ocio entre paréntesis)

Y creo que tengo caspa hasta en las cejas...

No es mentira, me estoy pelando. Creo que tiene que ver por la poca luz del sol que hemos visto durante el puente. Menos mal que hoy, otro lunes del demonio, ha amanecido soleado. Lástima que cuando vaya a la universidad sean ya las 17:30 y no quede gota de sol.

Puede ser por eso, o puede ser porque estas semanas atrás haya vivido de otra manera a la que estaba acostumbrada. No ha habido más rutina que la de estresarme de más, aunque esa ya es más costumbre que rutina.(Alucino con que Google Crhome desconozca el verbo "estresar", aunque desconoce también las palabras "Google" y "Chrome" lo cual me deja aún más inquieta porque no sabe ni de su propia identidad.). Después de este insustancial inciso, continúo hablando de mí que para eso este blog lleva mi nombre. Estas semanas me han servido para darme cuenta de las muchas cosas que se pueden hacer si uno se lo propone y que hay cosas que no son tan importantes y se pueden dejar de hacer (como un examen de estructuras, por ejemplo). ¿Y de qué sirve volverse loco y agobiarse? En realidad no espero respuesta, pues es una pregunta que me hago desde hace ya nueve años (sino me la hacía ya en secundaria -no voy a poner cuantos años hace desde entonces para evitarme un disgusto-). El caso es que vivo (y ahora como podéis comprobar os excluyo de esta afirmación que todo el mundo tiende a generalizar con un "vivimos") en un mundo de obligaciones constantes, de satisfacciones banales por llegar a metas que otros te proponen, de dedicar poco tiempo a echar de menos tiempos mejores, sin ocio.

Ocio entendido como lo que es:
Se llama ocio al tiempo libre que se dedica a actividades que no son ni trabajo ni tareas domésticas esenciales, y pueden ser recreativas.Es un tiempo recreativo que se usa a discreción. Es diferente al tiempo dedicado a actividades obligatorias como son comer, dormir, hacer tareas de cierta necesidad, etc.El ocio es como una actividad realizada para descansar del trabajo. Debe tener, como toda actividad, un sentido y una identidad, ya que si no tiene sentido es aburrido.

Y de ocio va el tema...porque es lo que hago en Proyectos VII; un centro de ocio. Como si ahora pudiéramos dedicarnos a eso, pero en fin. Un centro que se me revuelve en el estómago junto con planos de la casa de campo. Un centro de ocio gratuito, un centro de ocio que vaya creciendo según las necesidades de la gente con el tiempo. Si ya es una lucha del Arquitecto los plazos en los que se cumple un proyecto, nos ponemos la traba de querer hacer proyectos que crezcan con los años... Como si el mundo estuviera siempre al nivel económico que uno presupone y como si al Arquitecto le gustara ser esclavo de sus propias desgracias proyectuales durante años y años y años... cuando nos sacan de quicio en las primeras dos horas frente al Autocad. Pero dicen que eso es lo que nos gusta, y yo me lo creo porque aun no soy arquitecto del todo y mis profesores deben de tener razón.

Y ahora que quiero recuperar mi afición con la Arquitectura (empezando por dejarla de llamar arquitortura), vuelvo al blog con dibujitos y textitos y esas cosas que también nos gusta hacer a los arquitectos.


Lo que quiero: Integrar varias zonas deportivas que separa un trozo de campo. ¿Cómo? reinventando el campo con nuevas actividades de ocio deportivo y al aire libre (no hago esto por amor al arte, lo escribo porque acepto todo tipo de sugerencias). Pero como lo que tengo que hacer es un "centro", entendido como edificio y no como lugar que está en medio de algo, pues quiero darle a ese edificio el nivel de lugar cultural dentro del proyecto. De ocio para los ojos, los oídos y el gusto...sea cual sea el gusto de los demás.

Me está costando porque ya no me acuerdo de lo que es ocio. Porque pasarse un puente desarrollando el Documento Básico de Seguridad contra Incendios en una residencia de profesores...puede empezar siendo entretenido, pero acabar siendo frustrante. Aunque así se aprende, dicen,  que todos los edificios terminan siendo iguales. ¿O por qué os creíais que todos los colegios e institutos públicos u hospitales que veis son casi idénticos? Por el Documento Básico de protección contra incendios que te recuerda varias veces que esas escaleras molonas o esa cubierta que tanto te costó encajar... ¡NO FUNCIONAN si el edificio se quema! Que digo yo...¿y no bastará con poner una orden de alejamiento a los pirómanos?

¿Y me pregunto ahora por qué creo que tengo el cuero cabelludo seco? Las neuronas deben de chupar todo lo que puedan de mi cabeza. Hasta creo que las raíces ni se me notan y el color este que me puse, al confundirme de tono en el supermercado, pasa completamente desapercibido. De todos modos...estoy contenta ¿eh? Sí, estoy contenta y vuelvo a querer ser arquitecto (aunque me fuerce un poco la mandíbula cuando trato de pronunciarlo en voz alta).
Ya os comentaré cosas que tengo en mente, porque tengo la mente en Guimaraes, Portugal, pero eso ya más adelante, cuando esté 100% convencida.

Nota final: Si no os gusta lo que os he contado, podéis felicitarme por otros motivos, como por ejemplo que he sido tía de Lucas, el segundo y precioso hijo de mi hermana, a la que felicito y admiro desde aquí. (Os recomiendo que también felicitéis a mi madre, la abuela, que está que rebosa alegría por todos sus poros y eso se pega).

¡Ah! Y otra cosa... al próximo que venga a quejarse de lo cansado que está por tener que hacer unas cosillas de na...que piense que después de eso se tocará bien los cojones. Lo que se llama Ocio del Bueno. Que si una puede ser enfermera, niñera, chófer, estudiante de arquitectura, novia y amiga.... cualquiera puede.

martes, 18 de septiembre de 2012

Sostenibilidad

La Sostenibilidad, está claro que hoy por hoy dentro de la Arquitectura se trata de un tema puntero. Pero cuando uno vive en un país donde raro es quién no tiene grifo en casa o cable de televisión digital terrestre es muy difícil hacerse consciente de ello.

Una de las asignaturas que cursé en Venezia fue Progetazione Sostenibile dei Territori. Asignatura que (a la espera estoy) convalidaría por Ordenación Territorial y del Medioambiente. Aunque puede resultar parecido, el nombre lleva a engaño porque me extraña que tenga algo que ver una vez cursada.  Yo ya había oído hablar de sostenibilidad en urbanismo, incluso algún pelillo suelto en construcción. Había escuchado hablar de elementos constructivos autosuficientes, pero todos ellos carísimos y poco eficaces. Pero el concepto de Sostenibilidad o de desarrollo sostenible, o sustentable, era un concepto que se escapaba de mis conocimientos hasta ahora sobre Arquitectura.



La Sostenibilidad, para entendernos así claramente, es una palabra que el Google Chrome te señala en rojo cuando la escribes en un cuadro de texto porque no la conoce. Telita, ¿eh?
El concepto es muy sencillo, siempre que algo funcione de forma que sea positivo para una sociedad, resulte ser lo más económico posible y además no afecte en gran medida al medioambiente que nos rodea, estaremos hablando de algo sostenible (o sustentable).



Cuando lo estaba estudiando en Venezia, me quedó muy poco claro (y no porque hablaran en italiano, que puede ser que también) porque me pareció que a los profesores se les iba la olla con demagogia, con utopías y con poca cosa realmente eficiente. Nos propusieron un caso de HoF en la India.
Se trata de una Granja horizontal, a la que había que añadir viviendas, un centro de reciclado y otras mil cosas que hacían que un proyecto sostenible fuera la cosa más imposible de hacer para tanta exigencia. Cosa que a mí... pues no me salió. Acabé enfadada con la Sostenibilidad, me parecía una tomadura de pelo, un absurdo en ciudades donde el agua caliente llega a las casas. me pareció que aquel que quisiera perder el tiempo teorizando sobre sostenibilidad por mí que haga lo que quiera que yo no lo haría nunca.

Y ahora llego a Madrid y me vienen con lo mismo. Sostenibilidad, bajo coste, construcción sencilla... y al principio me digo: ¡Horror! Mi pesadilla...¡otra vez no!

Y sin embargo, buscando y buscando, investigando y siendo coherente...empiezo a entender la sostenibilidad. El desarrollo sostenible está medido dependiendo de dónde estamos. Quizá Madrid es sostenible con sus litros de aguas contaminadas y su dinero para después depurarlas. Quizá Sierra Leona se convierte en sostenible si el compost de una letrina pública se utiliza después para abonar una parcela de árboles frutales. Lo que está claro es que eso no lo entendí estando en Venezia y lo que veremos a continuación es si termino de entenderlo.

Próximamente veremos cómo funciona un radiador con latas de refresco, un calentador de agua con botellas de plástico, una letrina sin agua... Cosas que en Madrid, pues no, ¿pa' qué? Si total ya tenemos electricidad y agua corriente.

miércoles, 25 de julio de 2012

Erasmus

Pues...es increíble cómo pasa el tiempo cuando vuelves a Madrid. Voy a empezar a creer que las ciudades tienen su propio ritmo. Llegué a Madrid el día 6 de julio y ya es 25. En Venezia el tiempo no pasaba, o empezaba a pasar a partir del tercer o cuarto spritz. Y aquí no hago nada y ya se me ha ido la mañana, en un rato se me habrá ido la tarde y sin darme cuenta habrá empezado agosto.

Desde que he llegado, he ido a la peluquería, a una boda, a un torneo de fútbol sala...y todo fue el mismo fin de semana. El primero. Luego ya no he hecho nada. Ahora paso calor en la buhardilla mientras bebo litros de agua y veo Gossip girl sin descanso (bueno, sí hacemos descanso... cuando moevideo hace "Buffering"). Una mañana fui a correr, pensando que después de haber caminado tanto en Italia no tendría agujetas. Mal pensado. llegó el sábado y un lúmbago que aun me persigue haciéndome agachar, cabeza para abajo, vista al suelo. Luego un poco estirar para atrás y ver las estrellas, que brillan más que las de Hollywood.

Os tengo engañados. Es verdad. Publico aquí, en un blog de arquitectura, sin hablar una palabra de arquitectura; contando mi absurda vida preerasmus, erasmus y posterasmus. Pues mira, es lo que hay. No tengo nada interesante que contar sobre ladrillos. Porque no interesa, seamos realistas. ¿Qué preferís leer?

Ya me ha vuelto a pasar lo de siempre. Quería hacer una crónica sobre mis seis meses de erasmus, compartir mis experiencias, hacer balance de lo aprendido (en todos los sentidos) y ya la he vuelto a cagar yéndome por las ramas. En fin, tendréis que esperar.

P.D: siento esta entrada que roza la estupidez. Quizá debería buscarme algo que hacer para que Madrid pille el ritmo veneziano.
P.D2: Certo! Mi sto dimenticando di parlare l'italiano...

miércoles, 20 de junio de 2012

La importancia de estar buena


Tenía que ir a hacer la compra. Ya venía siendo necesario, teniendo en cuenta que anoche no sabía ni qué inventarme para la cena.

Esta mañana he decidido ir y comprar cosas típicas de la época en la que estamos, las de un euro o menos. Sí, esto no es verano, es crisis.

El caso es que está haciendo muchísimo calor en Venezia, demasiado calor. No se puede estar en casa; y en la calle, según sales del portal, una brisilla que irradia unos 50ºC te abrasa la cara en la primera bocanada de aire “fresco” que respiras. El lunes me confundí totalmente al ir a la universidad en pantalón largo y camiseta gris oscuro. Me cocí viva. Ayer en shorts y camiseta de tirantes me pasó más de o mismo. Hoy he decidido salir con unos shorts aún más short y una camiseta de tirantes de algodón, a ver si mis células de la piel comienzan a transpirar. Me he mirado al espejo, como hacemos las chicas siempre: ahora me meto la camiseta por dentro del pantalón; ¿qué tal si la saco por fuera?;  no, definitivamente va mejor dentro, así un poco ahuecada, sí. Me he mirado el pelo… ¡Plancha por favor! 

Ni por esas. No hay nada que hacer con este pelo y la nube húmeda de 50ºC de fuera. Soy Hermione Granger y no puedo luchar contra eso. Así que un recogido medio “formal” medio “voy sólo a la compra” a un lado y un par de horquillas, para sujetar esos pelos traseros que tanto se divierten saliéndose de la coleta, y lista.

¿Maquillaje? ¿Pa’ qué? No, un poco de crema hidratante y a ver si con un poco de suerte el sol hace el efecto que el maquillaje lleva haciéndome todo el invierno. Me miro y veo las ojeras…¡Bah! Hoy no quiero… Hoy me dan igual.

Me calzo unas RayBan made in Italy (compradas en España) y tiro para la calle con más valentía que ganas. ¡Hostión de calor! Menos mal que me lo esperaba. Aunque tonta de mí me repetía en el portal: “Hoy por la ventana parecía que hacía menos calor que ayer”, sí, claro.

En la calle me llevo miradas. “Será por las RayBan” pienso. Un repartidor de algo (que en Venezia todo se reparte, porque como todo llega en barco… ¿sabéis?); el marido de una señora que tomaba algo en el Gam Gam; entro al gheto ebraico y dos caballeros (ignoro si son judíos o qué otras creencias tengan) han interrumpido durante segundos su conversación para continuar con un: “¿Qué decía?¡Ah sí!”; sigo caminando y me encuentro con una cara conocida a la que no he sabido identificar hasta que ya era demasiado tarde, pero bah, nada importante; cruzo il ponte del gheto nuovo y paso por la fondamenta del alegre y tranquilo barrio, llena de barecitos y un señor de unos sesenta, date,  sentado a la sombra en una mesa junto al canal comienza a cantar y grita: “CIAO BELLEZZA!” o algo parecido, porque creo que me hablaba veneto, le sonrío porque justo en ese momento pensaba que me gustaría que alguien dijera eso (alguien concreto en realidad, pero me ha valido, porque me gustan las casualidades) y vuelve a decir: “CIAO BELLEZZA!” o algo así, creo que era veneto;  inevitable pensar: “Lo que hace un short. Jamás me vestiría así en Madrid, nunca…jamás”, otro señor me sonríe cruzando el puente y por fin entro al súper. Compro, prefiero no mirar a las personas, tengo que concentrarme en encontrar las ofertas.

Al terminar de pagar y meter todo en las bolsas de tela de mis compañeros de piso,  me he encontrado con la cara del de seguridad, sonriéndome, casi pidiéndome que le hiciera caso. Le he regalado un saludo y le he notado más aliviado. He salido pensando en eso a la calle y con esto, todo mi debate actual.

La importancia de estar buena. Sí, ¿para qué? Es verdad que a mi amiga Andrea y a mí, en las últimas noches nos han pasado ciertas cosas a las que hemos terminado por decir: “La importancia de una sonrisa”. Esas veces que te cuelas en el vaporetto y le sonríes al chico que abre la puerta; o que necesitas una banalidad y te aparece en la palma de la mano de algún chico; que te faltan veinte céntimos y te dicen: “Non ti preocupare, cara”… 

Pero…

Cuando he llegado a la caja, la compra no me ha salido gratis. La cajera no me ha hecho ningún descuento por estar buena, ni me ha mirado el peinado que con tanto esfuerzo me he hecho. Por no ofrecerme, no me ha ofrecido ni una bolsa (y eso que las cobran).  

Ninguno de los hombres me ha llevado las bolsas, ni han pagado galantemente, ni me han regalado nada, a parte de una mirada algo lasciva y sonrisas que se lleva el viento (qué ironía, que se lleva la brisa de 50ºC, mejor dicho). Bueno sí, al menos un hombre me ha regalado un par de versos de una canción y ha dicho “CIAO BELLEZZA!” o algo así porque sonaba como a veneto

A parte de simplemente sentirme un objeto digno de admirar (al menos hasta que pase cualquier otra mejor), no mucho más. No creo que ninguno de mis compañeros italianos quieran hacer mis entregas y mis trabajos por guapa (lo dudo hasta de los del Sur) y eso es lo que más me importa ahora.

En fin. En esta ciudad donde nadie te mira, porque todo el mundo mira a las ruinas de las paredes, a veces puedes sentirte guapa. Aunque hagan falta 50ºC y poca ropa. A veces, por la noche, también tienes un spritz gratis, pero sólo a veces.

P.D: Dicen que Sentirse guapo no es malo, que lo malo es reconocerlo. Prefiero pecar de engreída y no acomodarme en que basta que yo lo piense,  que en esta vida tienen más ganas de darte por el culo  por fea que por guapa.

domingo, 20 de mayo de 2012

Estoy bien, estoy bien.

Anoche estaba soñando con un compañero que me decía que lo de que el café quitaba el sueño era una leyenda urbana. Que él tenía entendido que lo que te quitaba el sueño era el paseo hasta el bar en el que te lo tomabas. Sí, sueño esas cosas. Todo parecía muy real. Como los ruidos que hacía algo por mi habitación. Otra vez mi mente soñadora me jugo una pasada mala. Una cosa extraña, porque escuche las voces de ladrones que tiraban cosas del armario. Aterrorizada, hice la tontería de abrir los ojos de golpe. Me desperté. No había ladrones, ni nadie más que yo en la habitación. Pero la cama temblaba. Todo vibraba y... ¿un terremoto?
¿Qué hora es? Las cuatro de la mañana. Mi mente, otra vez hábil: "Ah. bueno, es que esta es una zona sísmica, esto es normal" y con esas cierro los ojos. Una sacudida más. ¡Coño! ¡Un terremoto de verdad! Por fin desperté y sentí como las paredes temblaban, el armario parecía que se desmontaba, y trozos de algo caían desde las tejas hasta el patio. Me he sentado en la cama y he esperado a que acabara. He resoplado. He cerrado los ojos y no sé cuánto tiempo ha pasado hasta que mi cama ha vuelto a vibrar. No ha durado mucho.

No sé qué habría pensado de haber estado despierta y fueran las cuatro de la tarde. He escuchado ruidos en la escalera del portal. Estaba intranquila. Mis vecinos han debido de salir fuera. La luz del portal estaba encendida. Me he levantado para ir al baño. Estaba mareada... He vuelto. Ya no escuchaba nada, ya no parecía que ocurriera nada. Y me he vuelto a levantar a las once. Ya sin saber si soñaba o no.

En fin, una cosa más de la que acordarse el resto de la vida. Experiencia más para el Erasmus. Detalle para la vida arquitectónica. Nota mental: Comprobar de qué están hechos estos edificios del siglo XV para no caerse y aprender de ello para posibles situaciones.



A esta ciudad del siglo pasado acaba de llegar el 2012.



P.D: El Atleti ganó la Europa League, que aun no he dicho nada. Y ayer Torres una Champions. Pues nada, Ferni, a ver qué lesión te inventas este agosto.

jueves, 17 de mayo de 2012

¡Feliz cumpleaños!

Abuelo David... ¡qué lejos estamos!
Espero que aun así, te diviertas mucho hoy.
Sé lo que opinas de esta foto, pero también sé que te gusta que haga cosas así.


Sigo sonriendo cada vez que pienso en "Los Tigres".

Te quiero. Felicidades.


P.D: Cuando vuelva...tendremos que tomar y brindar.

lunes, 14 de mayo de 2012

Non voglio assolutamente...

El dilema del edredón. Compartir piso nunca dijeron que fuera fácil, pero tela lo que uno puede llegar a callarse para que no se arme la marimorena.

De todos modos, no siempre todos tienen un buen día, ni un carácter bondadoso, ni una pizca de paciencia.

De todo se aprende. Lo mejor, hablar las cosas sin mostrarse como un stronzo di merda. Y si no se entiende, pues ya ser un hijoputa.

¡Ya está bien de reglas estúpidas! Cuatro meses en una casa en la que me siento como una visita larga de esas que molestan y no como en mi casa, ni los fines de semana cuando estoy sola. Menos mal que siempre me queda internet para desahogarme sin que nadie se entere.


Non voglio assolutamente che mi parlono così. No, no lo admito.


P.D: No os he contado que, además, mis compañeros de una asignatura han decidido no hacerla más y me han dejado sola a dos semanas de la entrega ¿no? La suerte no me sonríe... pero yo venga a sonreír al mundo.

martes, 24 de abril de 2012

Llueve en clase de Proyectos

Hace mucho tiempo que se acabó, pero es que hay cosas que nunca se olvidan por mucho tiempo que pase.

Hoy Venezia ha amanecido gris y mojada. No me gusta. Lleva todo abril lloviendo, sólo espero que mayo sea florido y hermoso. Otra cosa es que por aquí, lo que se dice flores, pues no hay muchas.

Ya llevo aquí dos meses, creo. Los días no se me hacen precisamente largos, porque mido el tiempo por el que me queda libre y no es demasiado. Cuando estoy en clase porque estoy en clase y cuando estoy en casa porque estoy en casa. Con respecto a la universidad no tengo mucho que decir. No me gusta. Después de dos meses no tengo la sensación de haber aprendido absolutamente nada... o poco. Si fuera porque salgo mucho de fiesta, sería al menos algo positivo, pero no. En esta ciudad lo más aburrido son los fines de semana. Aunque me la pase de risas con mi amiga Andrea viendo del tirón la filmografía de Alex Pettyfer admirando su buen estado físico y lo adorables que son sus personajes. Pero tampoco es que me aburra, sólo que ya me he acostumbrado.

Fútbol. Está bien que tantos equipos españoles estén dando guerra en Champions y en Europa League. Tomar cerveza a la salud de Mou es divertido. En cuanto al Atleti...¿qué decir del Atleti? Me tiene otra vez en un sinvivir. No puedes manejar así mi vida... ahora no sé qué hacer con respecto a que llegues a la final y ya hay un revuelo montado en Madrid del que me tengo que mantener al margen porque no sé qué pasará.

No sé por qué siempre termino escribiendo aquí tonterías con las que no contaba cuando empiezo. Puede que mañana de verdad hable de los proyectos arquitectónicos que estoy haciendo en Venezia.

Luis Enrique, deja que te explique, tu ambición puede llevarte a pique.

domingo, 18 de marzo de 2012

Ya me he comprado una camiseta a rayas, aunque no es un jersey.

Creo que ya llevo un mes en Venezia. La verdad es que los días están pasando demasiado rápido. Al principio porque no hacía nada, ahora no lo sé. Sólo sé que ya es domingo y creo que ya es el quinto domingo que estoy aquí. Sin embargo miro atrás y me parece que no llevo aquí nada, pero miro hacia delante y pienso que aún queda menos.
La verdad es que pensaba que tendría más tiempo para mí, pero al final no paro de hacer lo mismo.
Demasiados detalles que contar que no me apetece contar. Pero puedo asegurar que me río bastante por aquí. Siempre supe que era despistada y torpe, pero aquí sin ninguna duda lo soy al cuadrado. Demasiado, diría. Pero me río. No queda otra.
Ya apenas me lamento. Poco a poco he ido tolerando la ciudad. No tolero aún el ruido de las gaviotas que se arremolinan a las siete de la mañana sobre mi tejado. Las mataría a pedrás. Pero, al menos, sí tolero las campanadas de los (por lo menos) cuatro o cinco campanarios que me rodean. Unos dan las horas a en punto, otros a y cuarto. Otros tocan diez campanadas a las nueve (como ha pasado esta mañana…que me he asustado creyendo que me había dormido). Ya he aprendido a tolerar esta casa en casi ruina. Incluso algunas manías italianas sobre no ducharse todos los días para no gastar en electricidad (porque la caldera es eléctrica). He dejado de pasar frío por casa, aunque no sé si es porque ya es primavera. Pero he empezado a odiar la harina. La harina de la pasta, de la pizza… y la que usan para  cocinar lo que no es pasta y pizza. Que a veces me dan ganas de explicarles que no es para nada necesario. Además mi estómago también empieza a llevarse mal con la harina. Echo de menos el lavavajillas y el microondas todavía. La freidora y el congelador. Echo de menos muchas cosas, pero menos de las que echaba al principio.
Aun no me acostumbro a la universidad. Se me hace pesada y en cualquier momento lucho contra mis ganas de irme otra vez a casa. Clases de cinco horas agotadoras. A veces, diez. Echo de menos la impresora, un papel bueno de croquis y mi escritorio. Echo mucho de menos mi escritorio y las miles de horas que pasaba tras él. Mi espalda también lo echa de menos…ya no sabe ni de qué manera acoplarse a lo que voy usando como mesa.
La tele….mejor no digo nada de la tele. Sólo veo MTV. Aun con los programas de mierda que dan con la esperanza de aprender a hablar inglés además de italiano. Ahora veo un programa de DJ’s en Londres… lo cual, bien.
Pero echo de menos a la gente, aunque parece que no. Se me hace raro cada día hablar menos con vosotros. Echo de menos la WIFI. A veces pienso que quiero volver un día solo para veros. Aunque sea un día y volver. Un día suelto.
Hago cosas que pensaba que no haría o que ya se me habían olvidado hacer. Como cosas que jamás comería (como pasta con atún). Bebo menos café del que me gustaría. Me río de cosas que antes no tenían gracia… No sé. La experiencia Erasmus, supongo.
No sé qué más escribir, en realidad…sólo sé que empiezo a cansarme y que además mi espalda empieza a resentirse de esta postura.  Y deseo que esté caliente ya el agua de la caldera porque empieza a ser tarde para tener el pelo mojado, pero vamos… esto ya es el pan mío de cada día.

Ana

P.D: A los que aún no lo sabéis, sí, estoy en Italia. Lo digo por los mensajes de tuenti y facebook que estoy recibiendo últimamente de varios que de pronto se acuerdan de mí. No utilizo whatsapp…y estoy dejando el twitter por un tiempo. No sé hasta cuándo.
P.D2: ¡Os quiero! ;)